lunes, 21 de abril de 2014

Nueva revisión de la norma ISO 9001
Trascendencia y repercusión de los cambios (ISO 9001:2015)

El anuncio de la próxima aprobación de la nueva norma ISO 9001:2015 está creando mucha expectación en numerosos ámbitos. Este efecto se ve amplificado por el hecho de que se espera que incorpore cambios de calado. Si bien el borrador está en fase de revisión y puede, por tanto, sufrir modificaciones, su análisis permite prever la naturaleza de dichos cambios.
A grandes rasgos, se puede considerar que las novedades principales son:
ü   Se deberá prestar más atención a la definición y detalle de los procesos, al orden en que se realizan, a la interacción entre los mismos y a los elementos que requieren.
ü   Se ofrece una mayor flexibilidad en cuanto a la extensión de la documentación asociada al sistema de calidad. Se permitirá que cada organización o empresa determine la que es necesaria para que el sistema sea efectivo, en función de, por ejemplo, su tamaño, su tipo de actividad, la complejidad de sus procesos y la cualificación de las personas.
ü   Se deberá incluir un análisis de riesgos de calidad, aspecto que sustituye a las acciones preventivas de ediciones anteriores de la norma.

¿Cuál puede ser la repercusión real en las empresas de tales modificaciones de la norma?

La experiencia nos dicta una única respuesta: la que se quiera. Esto es, se podrá optar por introducir modificaciones meramente formales que permitan dar respuesta a tales requisitos. Estas irían poco más allá de introducir algunos cambios terminológicos, de incorporar algún diagrama de flujo más o pormenorizar más alguno de los diagramas ya existentes. Esta vía necesitará una dedicación mínima y, a efectos prácticos, dejará el sistema de calidad y a la empresa en su conjunto en el mismo estado en que se encontrara antes de la modificación de la norma.
La otra opción es introducir las modificaciones que dicta la norma, aprovechando todo el potencial que ofrecen, y completarlas con otras para convertir el sistema de gestión de la calidad en una herramienta para mejorar la productividad de la empresa. Solo se requiere un cambio de enfoque y de objetivos. Se deja de perseguir la certificación como único fin, para buscar la máxima rentabilidad, y en ese camino conseguir, además, la certificación. Es posible y fácil.
Centrándonos solo en los nuevos requisitos normativos, estos sugieren algunas acciones de mejora:
ü   La necesidad de realizar un análisis de riesgos de calidad nos ofrece la posibilidad de introducir pautas que aseguren la calidad a la primera, es decir, sistemas que evitan el fallo y por lo tanto nos permiten reducir costes por defectos (reparación, sustitución, repetición, eliminación, materia prima, mano de obra,...) y por actividades de control.
ü   La atención al enfoque a procesos es una excusa estupenda para estudiar esos procesos en profundidad, dividiéndolos en operaciones y actividades y clasificar éstas según aporten o no valor al producto. Todas las actividades que no añaden valor, puesto que el cliente no está dispuesto a pagarlas, deben ser eliminadas, simplificando el proceso y reduciendo tiempos de entrega y costes de mano de obra, entre otros.

Todo el sistema de calidad puede reestructurarse en este sentido, y la flexibilidad que se permitirá en la extensión de la documentación lo favorece. Desde luego, esta línea de actuación requiere más dedicación, pero permitirá mejorar el balance coste – beneficio. ¿Quiere desaprovechar esta oportunidad?