lunes, 27 de mayo de 2013

Cristiano Ronaldo o KPI’s, Ud. elige.

Normalmente, los conceptos eficiencia, sencillez y claridad suelen ir de la mano.
El objetivo de la implantación de la metodología Lean Management en una empresa es conseguir la máxima eficiencia en la misma, mediante la eliminación de despilfarros de todo tipo. Para alcanzar este fin, la forma de trabajo en la empresa se basará en la calidad (asegurando que se previenen los fallos sin necesidad de controles finales), la flexibilidad (para adaptar la empresa a los cambios de la demanda) y en la sencillez (mediante procedimientos claros y sistemas de organización tan simples que permitan la gestión visual).

Paradójicamente, muchos “consultores lean” proponen unos servicios de implantación que se contraponen a tales fundamentos.

Es muy frecuente que el sistema de gestión Lean se asocie, de forma innegociable, y esto es importante, a una serie de siglas y términos tales como VSM (Value Stream Mapping), KPI (Key Performance Indicators), TPM (Total Productive Maintenance), OEE (Overall Equipment Effectiveness), SMED (Single-Minute Exchange of Die), entre otros, y casi siempre sin traducir. Y lo más curioso es que esa vinculación sea obligatoria, es decir, que se dé a entender que sin ellos es imposible el sistema Lean.

La realidad es otra, la implantación de un esquema Lean Management, debe hacerse necesariamente a medida de cada empresa y para ello no existen recetas universales. Se debe buscar la mejora de la productividad y la eliminación total y continua de despilfarros mediante los procedimientos más adecuados en cada caso. El mapa del flujo del valor (VSM), las técnicas de cambio rápido (SMED) o el resto de las siglas mencionadas,  son herramientas que pueden resultar útiles en determinadas circunstancias e inadecuadas en otras, en cuyo caso constituirán un despilfarro. Desde luego, su uso no es obligado. Sería ilógico pretender implantar Lean Management con un sistema rígido, complejo y oscuro que contradice sus principios.

Por el contrario, Lean Management es algo muy sencillo: trabajar para ofrecer al cliente lo que precisa, en la cantidad y momento que lo solicita, sin incurrir en actividades innecesarias de ningún tipo. Sin embargo, esta sencillez no debe inducirnos a error, que sea simple no quiere decir que pueda hacerlo cualquiera.

Cristiano Ronaldo se lleva el balón por velocidad y remata o da pase de gol, salta más que los contrarios para rematar de cabeza y no desaprovecha las jugadas a balón parado. El suyo es un juego vertical enfocado siempre al gol, sin toques innecesarios. Parece y es muy sencillo, sin embargo, no todos son capaces de hacer lo mismo: hace falta mucho, muchísimo, entrenamiento, para adquirir su fortaleza física y dominar como él la técnica; una vez conseguido esto, sí es sencillo.

Para trabajar con Lean se debe hacer lo mismo: invertir esfuerzo para entender sus fundamentos y cambiar de mentalidad, para asimilar que todo aquello que el cliente no valora debería eliminarse y trabajar incansablemente en la detección y eliminación de despilfarros y agilizando las estructuras para ser muy flexibles. Todo lo demás (KPI’s, OEE’s, …) es secundario y puede llegar a ser superfluo.


Se puede ser como Cristiano Ronaldo y tener siempre el gol (el producto que el cliente desea y paga) como objetivo o perderse en “toques” y “KPI’s”.

lunes, 4 de febrero de 2013


Kanban: una anécdota personal

Mercedes García Durán. Ingeniero Industrial.
Responsable de Grupo de Investigación de la Universidad de Sevilla
Dpto. de Ingeniería Mecánica y de los Materiales. Escuela Superior de Ingenieros.
efical@eficalingenieria.es

Según un dicho frecuente, la ignorancia es muy osada, y se podría añadir que la juventud le  suele añadir prepotencia. En esas circunstancias nos encontrábamos algunos compañeros de estudios, cuando, en un tiempo ya bastante lejano, un esforzado profesor de Organización de la Producción nos explicó kanban a los alumnos de 4º curso de ingeniería industrial. Tras plantearnos el sistema, nos propuso un caso práctico para simular el funcionamiento y nos dejó reflexionar. En breves minutos todos exclamamos casi al unísono: “¡esto no funciona!” y nos sorprendió mucho observar que nuestro profesor comenzaba a reírse soterradamente, pero con intensidad. E incluso, las malas lenguas difundieron el rumor, nunca comprobado, de que llegó a murmurar: “pobrecillos, ¡qué torpecitos son!”. No nos lo explicó de forma inmediata, si no que nos dejó algunos días cociendo en el caldo de nuestra inquietud, intervalo en el cual, poco a poco, comenzamos a ver la luz. Sospecho que nuestro profesor revivía esta experiencia prácticamente todos los años.

Muchas de las sesiones de formación desarrolladas últimamente nos han hecho revivir aquellos días. Tras analizar los fundamentos de la metodología Lean, presentamos algunas de las técnicas que pueden estar indicadas en determinados casos. Al presentar el sistema kanban es frecuente escuchar a profesionales, de los más diversos niveles y sectores, afirmar: “ha debido confundirse: ¡esto no funciona!”.
El método kanban suele despertar incredulidad y recelos, y quizá por ello mantiene un cierto halo de misterio y a día de hoy sigue siendo una de las entradas más solicitadas en todo tipo de consultas en red, cuando, en realidad, no es tan complejo. Es posible que sigamos aferrados a nuestros planteamientos actuales y no estemos dispuestos a “abrir la mente” y asumir un cambio a nivel tan profundo en nuestro pensamiento.
Es curioso que en muchas ocasiones pretendamos aplicar métodos para mejorar la productividad y eficiencia de nuestras empresas, pero seamos reacios a adoptar nuevos métodos de trabajo porque, en el fondo, sigamos pensando que nuestra forma de trabajar es la más adecuada. 
Si seguimos actuando igual, seguiremos obteniendo los mismos resultados (recordemos la definición de locura de Einstein). Así pues, parece conveniente reflexionar acerca de qué debemos cambiar y cómo.

lunes, 21 de enero de 2013

Personal Management. Antecedentes.


Nuestra experiencia en la implantación de la metodología Lean, tanto en entidades y fundaciones de la administración pública como en sectores empresariales muy diversos, nos ha permitido extraer algunas conclusiones acerca de las técnicas que realmente funcionan para mejorar la productividad.

Así, hemos comprobado que los principios de la metodología son válidos para cualquier tipo de empresa, de cualquier sector, independientemente del tipo y el número de productos y con plantillas de tamaño variable.
En las empresas que han implantado Lean destaca el hecho de que, una vez superada la fase inicial de resistencia a los cambios, existe mejor ambiente de trabajo y los profesionales de las mismas están más implicados, motivados y, lo que es aún más importante, más satisfechos con su trabajo.

No obstante, en general, aunque el trabajo ocupa una gran proporción del tiempo de cualquier persona, también es necesario atender otros aspectos de índole privada y se hacen ímprobos esfuerzos para “compatibilizar” la vida personal y la profesional. Lo cual no deja de ser curioso, porque no se tienen dos vidas diferentes, sino que se dispone de una sola y un cierto tiempo limitado y precioso. La gestión eficiente de ese tiempo puede ser el negocio más arriesgado pero más rentable que pueda emprender una persona.

En nuestras colaboraciones con profesionales de distintos ámbitos y niveles hemos detectado que demandan con urgencia métodos, técnicas, sugerencias o “casi cualquier cosa” que les sirva de guía para mejorar la eficiencia personal, la gestión del tiempo y, en la medida de lo posible, reducir sus niveles de estrés.

Por este motivo, partiendo de la esencia de la metodología Lean Management, hemos desarrollado Personal Management, un sistema de gestión personal completo enfocado a profesionales que necesitan obtener el mayor rendimiento del trabajo desarrollado, sin hacer discriminación entre vida profesional y privada.

Personal Management aporta las estructuras y técnicas propias necesarias para obtener el mayor rendimiento del trabajo individual (profesional, doméstico, de ocio, etc.), evitar despilfarros de tiempo y energía, en cualquiera de sus formas, y alcanzar la máxima satisfacción personal.

jueves, 17 de enero de 2013

Personal Management. La herramienta del ejecutivo


Personal Management es un sistema de gestión personal completo enfocado a profesionales para los que el bien más preciado y escaso es el tiempo, por lo que necesitan obtener el mayor rendimiento del trabajo desarrollado sin hacer discriminación entre vida profesional y privada.
Personal Management aporta las estructuras y metodologías necesarias para permitir:


  •          Identificar todas las áreas que precisan una intervención
  •         Tomar la decisión correcta sobre qué hacer en cada momento y hacerlo con la máxima concentración y eficiencia, en cualquier ámbito
  •          Establecer estrategias de actuación según los propios objetivos 
y evitar despilfarros de tiempo y energía, en cualquiera de sus formas:

  •          Trabajar más de lo necesario
  •          Incurrir en errores, olvidos o incumplimientos
  •          Desorden y desorganización
  •          Esperas o pérdidas de tiempo de cualquier tipo
  •          Trabajar de forma no adecuada
  •          Reestructuraciones continuas de la agenda para diferir todo aquello que no ha dado tiempo a hacer o dar cabida a lo que no estaba previsto 
Los beneficios obtenidos mediante tal gestión eficiente del negocio de su tiempo serán:

  •          Éxito profesional
  •          Satisfacción personal
  •          Alto rendimiento
  •          Alto grado de concentración y eficiencia
  •          Alta motivación
  •          Alta calidad del trabajo realizado
  •          Progreso profesional al descubrir nuevas oportunidades y retos
  •          Alta creatividad
  •          Nulo nivel de estrés
  •          Equilibrio entre trabajo y ocio
  •          Disfrute consciente del tiempo libre

Mas información en la web de EFICALINGENIERIA